“Buenas noches, buena suerte” y los periodistas libres

Podría usar múltiples adjetivos, para alabar al equipo de periodistas que la película “Buenas noches, buena suerte” representa. Pero no voy a malgastar estas 400 palabras en enumerar esa sarta de palabras, sino en decir, porque les calificaría con esa ristra de adjetivos. Ensalzo a esos periodistas por hacer lo que muchos no nos atrevemos a hacer, por ser objetivos. Ser objetivo significa decir la verdad tal y como es, sin condicionantes, sin opiniones, le guste a quien le guste. Le guste al gobierno, le guste al público o le guste a tu jefe o productor. Siendo objetivos, y defendiendo la verdad este grupo de periodistas de la CBS, se convierte en un grupo de héroes, al hacer que readmitan a un militar despedido de forma injusta, y que investiguen a un alto cargo del gobierno.

Ser justo, ser objetivo, no es nada fácil, por eso casi nadie lo es. La mayoría de periodistas, solo piensa en la compensación económica, y para obtenerla deben de agradar aquellos a quienes le pagan, es decir a los anunciantes, al gobierno y al público. En la película, tras las primeras acusaciones al gobierno, se producen las primeras consecuencias, la audiencia del programa disminuye y los anunciantes deciden retirar sus anuncios, por tanto la CBS, reduce el horario de emisión del programa y el número de empleados. Esto es lo que ocurre cuando una periodista, decide enfocar su función en algo mas allá de entretener. A través del periodismo se podrían hacer grandes acciones, defender grandes causas… ¿Pero por qué no se hace? No se hace porque el periodista sea egoísta, o porque al público no le guste saber lo que ocurre, si no porque la información, el periodista y el consumidor están condicionados, por factores económicos o ideológicos, entre otros. Muchos reclaman el derecho a la libertad de expresión, eso deberíamos hacer los periodistas reclamar el derecho a la libertad de expresión a través del papel, las redes sociales, las ondas y las imágenes, ya que un medio libre es una utopía.